domingo, 12 de abril de 2009

PENSAR

Una taza de té medio vacía,
y un cigarrillo casi acabado,
son las cosas que acompañan mi angustia,
esa que toma mi vida
para convertirla en agonía.

En agonía,
las cosas que pienso,
son siempre las que trato de hacer,
pero qué pasa
cuando solo me siento a pensar
y veinte días
se convierten en veinte años
para la mente mía,
es el daño que tendré que superar.

Años que gasto solo en pensar,
y que me gustaría aprovecharlos
para algo más,
pues es así que quizás un mes,
se convierte en una eternidad,
esa que me absorbe lentamente,
para luego volver a comenzar.

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